martes, 2 de mayo de 2017

Antecedentes

México posee grandes riquezas naturales. Es conocida la
existencia de vastos yacimientos de hidrocarburos y de cuantiosos recursos forestales, pesqueros y minerales. Empero, su cabal explotación y consecuente desarrollo en beneficio de la nación aún no se ha logrado. En este trabajo se resumen aspectos generales de la evolución. de la minería mexicana y algunas características de su estructura.
En el pasado la minería fue una de las ramas más importantes de la actividad económica del país. A su amparo surgieron las primeras ciudades del norte y del centro del país y se empezaron a desarrollar diversas actividades industriales y comerciales, así como el transporte. Asimismo, contribuyó al crecimiento industrial, por medio del suministro de insumos y materias primas; a la balanza comercial, por
medio de la exportación de minerales; al empleo, tanto en forma directa como indirecta, y al erario público. Sin embargo, el crecimiento del sector fue generando profundas imperfecciones en su funcionamiento, lo cual derivó en una operación deficiente, anárquica, orientada a satisfacer requerimientos externos y sujeta a decisiones foráneas. Actualmente la economía minera se caracteriza por su estructura marcadamente oligopólica, donde las decisiones particulares prevalecen sobre el interés nacional.
Se estima que cerca de dos terceras partes del territorio mexicano poseen características geológicas adecuadas para la existencia de minerales. Con excepción de Quintana Roo, Yucatán, Campeche y Tabasco, donde aún no se localizan depósitos mineros de importancia, en todas las demás entidades se efectúan actividades minerometalúrgicas (los principales estados productores son Chihuahua, Coahuila, Sonora, Zacatecas, Hidalgo, Veracruz, Guanajuato y Durango) Sin embargo, se calcula que apenas 1 S o 20 por ciento del territorio nacional {casi dos millones de kilómetros cuadrados) ha sido explorado en detalle. Una de las razones fundamentales que explican esos bajos porcentajes es la insuficiente inversión que se destina a ese fin. Mientras que en otros países mineros las empresas invierten cerca de 6% de sus ingresos en la actividad exploratoria, en México la relación apenas pasa de 1%. Ello obedece a que los empresarios mexicanos consideran que esta fase del proceso minero es sumamente aleatoria y costosa, esto es, que no se tiene la certeza de ubicar yacimientos y por tanto asegurar una tasa de rendimiento de sus inversiones. Por ese motivo, ha sido el sector público quien ha realizado en forma preponderante la exploración para luego difundir sus resultados entre los inversionistas del sector.


UNA MIRADA ATRÁS


La historia de México está ligada en gran medida al desarrollo de la minería. Sus orígenes se remontan hasta la época precortesiana, cuando la extracción y explotación de metales preciosos ocupaba un destacado lugar en la vida económica.
El desarrollo de la actividad minera mexicana puede dividirse en tres grandes etapas 

a} 
desde el arribo de los españoles hasta finales del siglo x 1 x; en ese lapso la minería se caracterizó principalmente por la explotación de metales preciosos; 
b} de 1910 a 1960, cuando la actividad, sin dejar de producir oro y plata, se orientó a la extracción y beneficio de minerales industriales, y
e) de 1961 a la fecha, período en el cual la minería registró cambios cualitativos importantes y mostró una mayor diversificación de su producción


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